Dentro de muy poco el RC Celta trasladará su sede social al corazón de Vigo. Las oficinas principales del club convivirán con distintos servicios destinados a la afición en un emblemático edificio de la Rúa do Príncipe en un proyecto destinado a dinamizar el centro de la ciudad y el día a día del celtismo y la entidad celeste. Entre la oferta de servicios de la nueva sede social destacan dos propuestas hosteleras de gran atractivo: el restaurante Silabario y un gastrobar sport de los propietarios de La Pepita.
«Para un vigués como yo es una inyección de fuerza poder cocinar en mi casa y retomar mi proyecto en la del Celta». Alberto González, gerente y chef de Silabario, retoma un proyecto que nació en Tui y que ostentó una Estrella Michelin desde 2012 hasta 2016, año en el que el reconocido restaurante tudense cerró en busca de un nuevo camino que comienza ahora de la mano del Celta. «Será una continuidad de la cocina que hacíamos», asegura Alberto González. Silabario destacó en su momento por su cocina «anclada al recetario gallego pero con un sello de cocina de autor», filosofía que se mantendrá en esta nueva etapa en la que el cocinero vigués pretende ofrecer «una oferta en la que todo el mundo se sienta cómodo» y pensada para «que la gente pueda repetir».
La segunda propuesta hostelera de la sede céltica será un gastrobar sport gestionado por los propietarios de La Pepita y A Mordiscos, dos de los locales de restauración de Vigo que más éxito y popularidad han cosechado en los últimos años. Gestionada por «vigueses y celtistas» en palabras de su gerente Santiago Salgueiro, La Pepita toma un nuevo rumbo con la creación de un gastrobar en la sede del RC Celta. «Estará abierto todo el día, con una propuesta desde la mañana con desayunos diferentes, menús del día, carta, platos para compartir… será algo informal y moderno», explica Salgueiro.
La sede del RC Celta, un nuevo punto de encuentro para el celtismo, verá la luz en los primeros meses de este año 2018.
